La Verdad Acerca del Feng Shui

En el comienzo…
No había patos mandarines. No había espejos Ba Gua. No había sectores de las ocho aspiraciones de la vida. No había Esquina Universal del Amor en el suroeste. No había barcos transportando oro, dragones de resina o cuadros de peonías.
En el comienzo, había yin y yang, los ocho trigramas y los cinco elementos.
En el comienzo, el Feng Shui no era para los vivos –era principalmente para los muertos. El Feng Shui era para las tumbas y lugares de entierro, no para las casas y oficinas. Los maestros de Feng Shui servían al emperador, a la familia imperial, a los oficiales imperiales y oficiales de rango elevado, no para la persona común.
Y entonces hubo evolución
Gradualmente, los principios del Feng Shui se establecieron en los numerosos textos clásicos que datan en la dinastía Tang (618-907), donde se extendieron a los espacios de los vivos. Y con el paso de los siglos, ya que China se alejó del feudalismo, nuevas actitudes dominaron en el campo del Feng Shui.
Había una vez, los maestros de Feng Shui se aferraban al mantra que dice “los secretos de los cielos no son nunca revelados”. Los maestros guardaban celosamente sus secretos del negocio, transmitiendo el conocimiento solamente en su lecho de muerte. Incluso entonces, lo transmitían únicamente a los discípulos acérrimos para mantener el credo de la escuela de Feng Shui de su maestro.
Cuando China entró en el siglo veinte, los maestros de Feng Shui comenzaron a enseñar el Feng Shui abiertamente, en escuelas que cualquiera con interés y voluntad de aprender podían asistir. Con la caída de la dinastía Qing en 1911, los maestros de Feng Shui no tenían familia imperial ni oficiales imperiales a quien servir.

Como los panaderos y los chefs de la burguesía francesa, quienes comenzaron a abrir sus propias panaderías y restaurantes después de la caída de la familia francesa real en la Revolución Francesa, comenzaron a manejar su negocio para las personas comunes y los hombres de negocios. Cuando la República Popular se fundó en 1949, el Feng Shui fue disuadido y a veces prohibido en China, así los maestros se mudaron a Taiwán y Hong Kong, preparando el terreno para que estos dos países se volvieran el centro neurálgico de la práctica y estudio del Feng Shui.
Luego llegó el renacimiento
En los 90’s, el Feng Shui emergió en el mundo occidental como una práctica exótica, antigua, envuelta en el misticismo de oriente y revendida como la respuesta a todos los males de uno. Este misticismo fue reforzado adicionalmente por su vínculo con las dinastías imperiales de China y los magnates de Hong Kong y Taiwán. El Feng Shui tiene el encanto embriagador de ser capaz de crear imperios, llevarte de los harapos a la riqueza y hacer que todos tus sueños se vuelvan realidad.

Desde entonces el Feng Shui, con todos los intentos y propósitos, estaba hasta ese punto confinado a una audiencia capaz de leer textos chinos, la urgencia de libros en inglés sobre la materia revivió el interés en el Feng Shui, incluso entre los asiáticos. Pero junto con la revolución llegó la comercialización.

La ciencia de aprovechar el Qi del entorno con el propósito de lograr las metas de uno en la vida, de alguna manera se convirtió en “el arte de la colocación de objetos”. Las curas de Feng Shui se convirtieron en cosa frecuente, disponibles en la tienda de la esquina más cercana. Hacer uso del Feng Shui se volvió no mucho más que un asunto de colocar el objeto correcto en la esquina correcta.
En la cúspide de la revolución
Hoy, la práctica del Feng Shui se ha vuelto equívocamente asociado con objetos de suerte, símbolos, superstición cultural y, cada vez más, con la aspiración y el pensamiento positivo. También se ha visto contaminado por el comercialismo y un componente de ventas.
Afortunadamente, creo que estamos en el comienzo de una revolución del Feng Shui. Esta revolución busca regresar a las bases y mirar hacia la aplicación del auténtico Feng Shui, utilizando las teorías y aplicaciones clásicas, como fueron escritas en los antiguos clásicos de las dinastías Tang (618- 907), Sung (960-1279), Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911). Es una revolución que busca utilizar el Feng Shui sin la colocación de objetos y libre de elementos culturales y superstición.
En pocas palabras, este es un Feng Shui que no te habla sobre los colores que debes tener en tu casa, los muebles que debes comprar, los pendientes que necesitas usar, o el cuál esquina deben ser colocados tus patos mandarines. Es un Feng Shui que no requiere que te enganches en terapias de venta costosas y no depende de qué tan bueno es tu pensamiento positivo –es un Feng Shui que crea resultados reales, rápidamente. Es Feng Shui Puro.

  • Autor: Joey Yap
  • Extraído del Libro: Feng Shui Puro
  • Traducción: Lic. Laura Delgado